Llega el verano, el tiempo de playa y el calor. Las autoridades sanitarias recomiendan usar cremas solares para protegerse del sol, pero ¿quién protege al océano de las cremas que te protegen del sol?

Impacto de las cremas solares en el océano
Según la organización medioambiental Green Cross, cada año los océanos son los receptores de hasta 25.000 toneladas de crema solar. Los protectores que utilizamos incluyen compuestos, en cuya base de formulación hay filtros solares o filtros ultravioleta, que son los que bloquean los rayos perjudiciales del sol. El problema principal es que, al bañarnos, parte de esa crema se queda en el océano y esto tiene dos consecuencias directas: una para el ecosistema marino y otra para la salud humana.

Daño a los corales
¿Sabías que el Parlamento de Hawái ha prohibido usar cremas solares que entre sus ingredientes tengan oxibenzona (benzofenona) y octinoxato?
En algunos protectores solares se encuentran dos sustancias especialmente perjudiciales para la vida marina: la oxibenzona y el octilmetoxicinamato. Estos compuestos, en grandes cantidades, pueden ocasionar trastornos hormonales y reproductivos en las especies marinas. Hay estudios que señalan que las barreras de coral se ven especialmente afectadas por ellos.

Efectos en la salud humana
Si bien es cierto que cada año se acumulan toneladas de restos de cremas en los océanos, otro gran problema es que esos restos con filtros químicos acaben en nuestro organismo. ¿Cómo? De la misma manera que ocurre con los microplásticos: cuando quedan en el mar, muchos peces acaban tragándolos y pueden estar presentes en su cuerpo una vez que se pescan, pasando también a nuestro organismo cuando los comemos.

¿Qué podemos hacer para evitar la contaminación del mar por crema solar?
Si queremos ser respetuosos con el ecosistema marino, podemos utilizar cremas solares que están compuestas con ingredientes naturales y biodegradables, como óxido de zinc y dióxido de titanio en lugar de filtros químicos. Estos minerales son efectivos para bloquear los rayos UV y son biodegradables, lo que los hace seguros para el medio ambiente.

El plástico de los envases: otro enemigo de las playas
Además de las cremas, es necesario recordar el impacto del verano y el turismo en nuestras playas y costas. Debemos ser especialmente cuidadosos con los residuos que generamos. Es una época en la que la importancia de reciclar y separar las basuras correctamente adquiere una mayor relevancia.

Seamos responsables
Durante el verano, las playas más visitadas pueden acumular un promedio de 330 artículos de basura por cada 1.000 metros cuadrados al día. Estos residuos son, en su mayoría, plásticos, incluyendo otros como colillas, pajitas y latas de bebidas.
Los residuos plásticos tienden a fragmentarse en microplásticos debido a la exposición solar y la fricción con la arena. Muchos animales confunden los plásticos con alimento, lo que puede bloquear su sistema digestivo. Además, los microplásticos liberan químicos tóxicos que afectan la reproducción y la salud de las especies marinas (WWF International).

Otro problema que surge de los plásticos abandonados es que pueden ser transmisores de bacterias, ya que estas, si se adhieren a los plásticos, se pueden mover libremente por el océano, afectando ecosistemas que no están adaptados a ellas (ecologiaverde.com).

Este verano, recicla más que nunca
Para mitigar este problema, deberíamos reducir los plásticos de un solo uso. En su lugar, se debe optar por productos reutilizables y biodegradables y colaborar utilizando los sistemas de gestión de residuos.
En verano y en las playas, más que nunca, recicla.

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